Estaba cansado, el viaje había sido largo y no le había hecho mucha gracia que sus compaeros quisierab parar en Yuwaku, habría preferido ir directamente a casa y tomar un largo baño. Pero ahí estaba, mientras sus compañeros admiraban los espectáculos, él había preferido buscar un sitio tranquilo en donde poder detenerse a descansar un poco.
Avanzó lentamente, sintiendo el fresco aroma del jardín invadiendolo todo. De repente, sus ojos se posaron en la delicada figura de un jovencito que parecía abstraido en la contemplación de los peces que se encontraban en el estanque.
Dudo en acercarse, ¿y si el chico no deseaba compañía? Finalmente la curiosidad pudo más que la prudencia y se acerco.
- Hola. - dijo con voz suave. - ¿Eres un houkan?